Mi Historia en Valle Alto: Festival La de Espiga de Cuncumén

“Los Nietos 5” en el los 90 cuando el Festival de La Espiga se realizaba en la escuela de Cuncumén.

Fue en el verano del año 1983 que Cuncumén dio vida a la primera versión del Festival de la Voz, que desde entonces se ha realizado de manera ininterrumpida, transformándose en una verdadera tradición para el Valle Alto del Choapa. La iniciativa, surgió de un grupo de socios del Club Deportivo Oriente que creyeron que la localidad merecía tener un escenario para premiar el talento vocal y disfrutar de un evento familiar.

El primer certamen, tuvo lugar en un galpón que pertenecía al recordado don “Chayo” Garrao, vecino del sector. Rosa Villablanca y Pablo Barrera, fueron los anfitriones de las dos noches, en esa ocasión, solo se presentaron vecinos de la localidad. Familias completas asistieron para vitorear a sus seres queridos y conocidos, para terminar la fiesta con un baile hasta el amanecer.

Tras el rotundo éxito del primer festival, por petición de toda la comunidad la experiencia se repitió el verano siguiente, esta vez en el casino de la medialuna y luego al patio del colegio donde se realizó durante varios años. También se organizó, alguna vez, en el sitio de don Floro Vásquez y luego de manera definitiva en el recinto deportivo.

Se hizo tradición que varios meses antes comenzaran los preparativos. Se decoraba con artesanías, se instalaban ampolletas de casa para iluminar y las sillas las prestaba la escuela. Incluso, se construyó un escenario de piedras en el patio del colegio el que se mantuvo durante mucho tiempo.

Habían pasado casi cinco años cuando entre José Villablanca, Javier Barrera, Patricio Barrera, Víctor Durán y Pablo Barrera, pensaron que era tiempo de buscarle un nombre. Mientras cosechaban porotos en el sector de Chacay, repasaron distintas ideas. Inspirados en el trigo, que en ese entonces también se cosechaba en la zona y que muchas veces sirvió para decorar, acordaron bautizarlo como “Festival de la Espiga”.

Aunque al principio el único premio que recibían los participantes eran unos trofeos que donaba don José Rodríguez, rápidamente empezaron a llegar participantes de distintas localidades y rincones de Chile que vieron en el escenario de Cuncumén una excelente plataforma para mostrar su talento. Con el tiempo, se sumaron donaciones que permitieron entregar más incentivos a los ganadores. Según cuentan, entre los concursantes estuvo la mismísima Mon Laferte, mucho antes de alcanzar la fama internacional que tiene hoy.

Con la venta de entradas, comida y bebestibles se financiaba la orquesta, los artistas y humoristas invitados. Así, llegó a presentarse Álvaro Salas junto al grupo Pujillai, Charola Pizarro, Antonio de Marco y Leo Rey, entre otros.

No hay vecino de Cuncumén que no haya aplaudido a un familiar o conocido en el escenario y en varias casas conservan el trofeo que les recuerda la inolvidable experiencia.

El panorama se repite cada febrero y que recibe la visita decenas de personas que llegan a disfrutar de dos noches de talento y un extenso baile de cierre.

Este año se vivirá el 21 y 22 de febrero, donde siempre, en la multicancha del estadio de Cuncumén. Están todos invitados.

 

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