Mi Historia en Valle Alto: Altamiro Castillo, ganadero por tradición

Aunque pasen los años don Altamiro Castillo (53) mantiene viva una actividad que conoció desde niño. Fue su padre el que le regaló su primer animal y gracias a eso hoy es dueño de 18 cabezas de vacuno. Él es uno de los pocos vecinos oriundos de Cuncumén que todavía tiene ganado mayor recorriendo los campos cercanos de la localidad.

Es el menor de diez hermanos y cuando su padre no estuvo bien de salud, le tocó acompañarlo en sus labores en el campo. Por eso desde que egresó de octavo básico, ha dedicado su vida al cuidado de animales y trabajo en la agricultura. Es lo que le gusta hacer y lo hace feliz, por eso cada noviembre se suma a la labores de capataz para apoyar las veranadas hasta el mes de abril. Sube a la cordillera en turnos de diez días para vigilar esta tradición ancestral que se replica en menor escala durante la época invernal.

Gracias a un acuerdo con Minera Los Pelambres, desde el mes de junio a octubre de cada año puede ingresar a un sector de la compañía conocido como “El Sauce”. Ahí deja su ganado y se organiza con el resto de los vecinos para vigilarlos tres veces por semana. Con un sistema de turnos, dos personas suben a caballo cada martes, miércoles y sábado para “repuntar”, como le dicen al traslado de los animales desde la parte baja hacia lo más alto de las laderas para evitar que pasen al área industrial.

Don Altamiro tiene mucho cariño por sus animales, junto al resto de los ganaderos del sector se preocupan de tener sus vacunas al día y un control sanitario con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). En su caso, no tiene parcela para mantenerlos, por eso la posibilidad de usar los campos del sector es primordial.

Pero el panorama de este año es adverso. Don Altamiro y el resto de los vecinos están preocupados por la falta de lluvia. El campo ya no es el mismo y no tiene recuerdos de un invierno así en el pasado. Ha escuchado que en otras localidades ya han sufrido pérdidas por la falta de agua y alimento. Aunque eso no ha ocurrido en Cuncumén, es una posibilidad que lo aflige. En su caso los vacunos son parte de la seguridad económica de su familia, por eso seguirá buscando alternativas para que sus animales tengan donde alimentarse, ansiando que la lluvia llegue pronto y le permita tener buen pasto para el ganado.

Publicado en boletín de julio 2019

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